Ha cambiado la suerte de Almagro, que volvió a la victoria jugando un partido más que aceptable, aunque sufrió algo al final. No se puede decir lo mismo de Chacarita, que sigue hundido y no puede resurgir.
El "Funebrero" cosechó su tercera derrota en forma consecutiva, y para agravar sus números, es la tercera caída al hilo en condición de local (de los últimos 30 puntos en juego apenas sumó 5). La llegada de Pedro Monzón a la conducción técnica del conjunto de San Martín no renovó los aires y otra vez se escucharon (aunque tibios) los insultos para la dirigencia. La visita justificó su triunfo en el control de la pelota. Brian Robert manejó a su antojo las acciones del partido y los dos delanteros, Cristian Cayetá y Javier Rossi, se las arreglaron para inquietar a Bernacchia. Recién a los 12 minutos del segundo tiempo pudo plasmar en la red la diferencia entre ambos equipos: enésimo desborde de Cayetá, el ingresado Sparapani (volvió a jugar después de 6 meses) la envió de cabeza al corazón del área y Rossi fusiló al arquero con un cabezazo soberbio. Luego, Almagro no supo liquidarlo, le perdonó la vida a su rival y terminó pidiendo la hora para festejar. "Chaca" se descontroló y el pelotazo fue su único recurso una vez en desventaja. Su mala suerte no cambió ni siquiera cuando Figueroa frotó la lámpara y de taco habilitó a Penta, cuyo remate pegó en el travesaño...
MARTIN DOVGALUK para Diario Crónica
El "Funebrero" cosechó su tercera derrota en forma consecutiva, y para agravar sus números, es la tercera caída al hilo en condición de local (de los últimos 30 puntos en juego apenas sumó 5). La llegada de Pedro Monzón a la conducción técnica del conjunto de San Martín no renovó los aires y otra vez se escucharon (aunque tibios) los insultos para la dirigencia. La visita justificó su triunfo en el control de la pelota. Brian Robert manejó a su antojo las acciones del partido y los dos delanteros, Cristian Cayetá y Javier Rossi, se las arreglaron para inquietar a Bernacchia. Recién a los 12 minutos del segundo tiempo pudo plasmar en la red la diferencia entre ambos equipos: enésimo desborde de Cayetá, el ingresado Sparapani (volvió a jugar después de 6 meses) la envió de cabeza al corazón del área y Rossi fusiló al arquero con un cabezazo soberbio. Luego, Almagro no supo liquidarlo, le perdonó la vida a su rival y terminó pidiendo la hora para festejar. "Chaca" se descontroló y el pelotazo fue su único recurso una vez en desventaja. Su mala suerte no cambió ni siquiera cuando Figueroa frotó la lámpara y de taco habilitó a Penta, cuyo remate pegó en el travesaño...
MARTIN DOVGALUK para Diario Crónica
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