
Quienes vimos a Eze dar sus primeros pasos, jugar y disfrutar en el Poli, crecer como un chico sano, de buen corazón, sin jamás pelear con nadie, no lo podemos creer.
Acompañamos en estos momentos de inmenso dolor a su mamá Miryam, a sus hermanos Georgina y Matías, y a nuestro amigo del alma Oscar.
No hay palabras para tanto dolor e impotencia.
Hasta siempre Ezequiel.
Acompañamos en estos momentos de inmenso dolor a su mamá Miryam, a sus hermanos Georgina y Matías, y a nuestro amigo del alma Oscar.
No hay palabras para tanto dolor e impotencia.
Hasta siempre Ezequiel.
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